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miércoles, 31 de julio de 2013

Victorino: Un Grand Slam

Señoras y señores… ¡Alma Glotona ha vuelto!

Así es, luego de una ausencia de mas de 8 meses (¡horror!) y por pedido del público, he decidido que era hora de volver a bloggear. Podría darles un montón de excusas, pero la verdad es que descubrí que bloggear es como hacer ejercicio… Si un día te ponés una excusa para no hacerlo, después se hace cada vez más fácil pensar en excusas, y la única forma de volver a integrarlo en la rutina es poniéndose las pilas. O sea que: ¡a full con el Duracell!

Ayer habían ganas de cenar afuera en casa. Ya en el auto, íbamos tirando sugerencias acerca de dónde ir a comer:

“¡Sushi!”

“No, La Cabrera, ¡vamos a probar La Cabrera!”

“Yo tengo antojo a pasta…”

Hasta que Rogo dijo: “¿Y si vamos a Victorino?”

Tenemos un ganador.

Victorino es el nuevo restaurant de Victor Pecci y Pedro Ruger, ubicado sobre Santa Teresa, entre los colosos que se han construido sobre esta avenida.  Las otras almas glotonas que suelen visitar restaurantes sabrán que es donde se encontraba La Trattoria de Tony, antes de mudarse.

Los dueños rediseñaron el lugar, y ahora cuenta con una arquitectura muy moderna, con una amplia galería, ideal para comer afuera.

Picaña Victorino
El menú es bastante variado: pastas, carnes, pescados, pollos, pizzas, etc. y hacen una divertida referencia al tenis. Las picadas son el “Primer Set”, las opciones para plato principal componen el “Segundo Set”, y los postres el “Tercer Set”. Inclusive hay platos con nombres como “Roland Garros” (entrecot grillado con salsa de mostaza… ¡hmmmm!).

Al llegar ya nos sorprendieron con una generosa canasta de grisines de queso, chipitas y pancitos, con una manteca con hierbas que tenía un gusto casi casero.

Como venía de correr, tenía antojo a carne. ¡Habían tantas opciones que sonaban tan deliciosas que me costó tomar una decisión! Entonces hice lo que toda alma glotona hubiera hecho: esperé a que todos pidan sus platos, para pedir algo distinto y poder probar un poco de todo (jeje).

Gran Steak Victorino
Una pidió la Picaña Victorino (70.000Gs.), que venía flambeada con caña paraguaya y salteada con cebollas caramelizadas, almendras y aceto balsámico. Este plato venía acompañado de crostinis de hierbas. La carne estaba en su punto perfecto (ojo, a mí particularmente me gusta tirando más a cruda), y medio dulzona. Los crostinis parecían más bien rectángulos de polenta frita, que no sé si era el objetivo, pero no estaban mal…

Rogo pidió el Gran Steak Victorino (70.000Gs.), que era un buen pedazo de bife de chorizo en salsa demi glacé de vino tinto, con verduras grilladas. Esta salsa era más dulce que la anterior, y le iba perfecto al bife de chorizo.

Yo pedí Medallones de Lomito Relleno (75.000Gs.), que consistía en dos medallones rellenos con camembert y tomate seco en salsa de pimienta verde. ¡Delicioso! Mi plato vino con un puré de papas rústico, de esos que suelen servir en Buenos Aires, con un poco de la cáscara de la papa y todo. ¡Me encantaaaaa!



No dejé nada en mi plato, ni siquiera una gotita de mi salsa de pimienta verde. NADA. Es más, creo que como pocas veces en mi vida, ya no hubo lugar para el postre, y eso que yo mantengo una teoría de que poseo múltiples estómagos, como la vaca, ¡y que uno esta reservado exclusivamente para el postre!

En fin, les RE-recomiendo el restaurant Victorino, ¡es un verdadero Grand Slam!