En mi último año de colegio,
tuvimos una compañera nueva que había venido de Holanda. Nos hicimos amigas en
seguida, pero todavía recuerdo el día que me dijo que era vegetariana. Cuando
eso, el vegetarianismo era casi un mito urbano en Paraguay. Era de esas
“costumbres raras” de las que uno escuchaba hablar que existía más que nada en el extranjero,
pero era muy raro toparse con un vegetariano.
La pobre Bercler me confesó que le había resultado muy
difícil seguir su dieta en Paraguay, ya que habían pocas opciones vegetarianas
en nuestro país. Casi un año después, la sorprendí en un asado hincando el
diente en un chorizo. Cuando le pregunté qué hacia, me contestó que como todo evento social
en Paraguay giraba alrededor del asado, tuvo que sucumbir al dicho “en Roma,
como los romanos”.
Por suerte, Asunción ha
avanzado bastante en los últimos años, y hoy ya no es tan extraño tener un
amigo/a vegetariano/a o vegano/a. Y aunque aun podríamos mejorar un poco más en cuanto a la oferta de
lugares de comida vegetariana, hoy en día ya existen más opciones para nuestros
amigos veggies.
Hace unos días, tuve el
placer de ir a conocer uno: La Vida Verde. No llegué a conocer el local en el
centro, sino el que abrió hace un tiempito en Austria 1510 e/ San Martín y
O’Higgins.
Quedamos con una amiga en
encontrarnos para almorzar, y sugerí La Vida Verde, que me había sido
recomendado por mi amiga veggie (y frecuente compañera de aventuras de Alma
Glotona) Lujes. Nos costó encontrar estacionamiento, ya que el lugar se encuentra rodeado de
comercios, y era un día laboral. Cuando al fin ya estábamos sentadas, me puse a
mirar a mi alrededor. El lugar no es elegante, pero tiene un touch oriental, y
no está mal para una
comida informal. Al fondo había un buffet que se veía bastante tentador, tanto
así que decidí no pedir a la carta.
Licuado de frutilla |
Buffet vegetariano |
Pedí un licuado de frutilla
(8.000Gs.) y me armé con un plato para ir a atacar el buffet. Habían miles de
opciones, ¡y todo se veía
delicioso! Intenté poner un poquito de todo lo que más me atrajo: curry de
tofu, huevo relleno, arrollado de repollo, carne de soja agridulce, saltado de
garbanzos y huevo, y acelga japonesa. Luego pasé a que pesen mi plato con el
mismo sentimiento de ansiedad con el que subo a la balanza en mi casa. ¡Nada mal! Mi montaña de
comida me terminó costando solo
24.000Gs. Además, mi selección estaba deliciosa.
Mi plato |
Como buena omnívora, siempre
tengo algo de miedito de que la comida vegetariana no me satisfaga, pero les
cuento que con la comida vegetariana bien hecha, esto es un mito. Esto pude
comprobarlo una vez más en La Vida Verde. La acelga japonesa estaba
perfectamente crujiente. El curry estaba cremoso y picante a la vez, todo lo
que uno busca en un buen curry. La carne de soja agridulce podría haber engañado
al carnívoro más militante. El arrollado de repollo venía con una salsa cremosa
tipo bechamel bien livianita. Lo único que no me gustó tanto fue el saltado de garbanzos con huevo,
que estaba un poco seco para mi gusto. Pero aparte de esto, doy mi total
aprobación al lugar como local especializado en comida vegetariana. La Vida
Verde es un verdadero paraíso veggie.