Anoche, mi
amiga Ash convocó una salida entre las
chicas para conocer “Tres Caracolas”.
La noche
pintaba bien: el clima estaba espectacular (¡este Veranillo de San Juan extendido tiene sus beneficios!), y
tomamos una mesa en la terraza’i de Vía dell Angello (a pedido de uno de mis
seguidores, aprovecho para incluir la dirección: Boggiani esquina Ceferino
Vega…graciassss cierro paréntesis).
Apenas
llegamos, nos pusimos a investigar la carta. Como el lugar es nuevo, las cartas
todavía vienen impresas en papel de mala calidad, y algunos de los precios no
se encuentran incluidos. De todos modos, compensan los nombres y descripciones,
¡muy simpáticos! Un ejemplo: “El Rap del
Burro: Originario de tierras del tequila y los guitarrones de mariachis
adoloridos del amor, llega una fusión entre cocina mexicana y tamaños
norteamericanos…”
Las opciones
de tragos incluyen desde mojitos hasta sangrías y Fernet con menta, todos en el
rango de 15.000Gs a 17.000Gs. Como aún nadie ha
logrado convencerme de que el Fernet no tiene sabor a remedio para moribundos,
y como me llamó la atención el nombre de la “Sangría 3 Caracolas” (50.000Gs. el
litro), decidimos optar por esta.
Le preguntamos
a nuestro mozo cuál era la diferencia
entre la sangría normal (otra opción de la carta de tragos) y la Sangría 3
Caracolas, y nos respondió que iba a consultar, pero que creía que tenía
menta’i. ¡Ahí nos convenció! Claro
que no es una tarea muy difícil, dado que JM, Ash, y Fita son otras almas glotonas
y aventureras :)
Para empezar,
pedimos unas quesadillas llamadas “Pesadilla del Nonno”. Es una de los varios
tipos de “pesadillas” que ofrece Tres Caracolas. Todas están entre 35.000Gs y
40.000Gs. Nuestras “pesadillas” eran de pollo, tomate, albahaca y queso
mozzarella, con un toque de pesto y gratinadas con queso parmesano. ¡Nos
trajeron las quesadillas al toque y estaban riquísimas!
El pesto y parmesano definitivamente le daban el touch que hacían la diferencia.
Ash nos
recomendó pedir una pizza como plato de fondo, ya que ella ya había visitado
Tres Caracolas antes. Vimos que habían unas cuantas opciones, todas entre
50.000 y 70.000Gs. y que algunas incluían la salsa de tomate “Tres Caracolas”
como ingrediente secreto. Según dice la descripción en el menú, esta salsa
tiene algo de puerro, paprika y “un no se qué que te da un qué se yo” (¡jeje!). Optamos por “La Mona Pizza”, que incluía pesto casero y
mozzarella. La descripción del pesto decía que llevaba albahaca, rúcula, ajo, parmesano y almendras. La verdad, cuando llegó la pizza (una hora y cuarto después
de haberla pedido), no sentí a las almendras…
Permítanme
hacer un paréntesis (¡otro!) para
hablar sobre el tiempo de espera.
La primera jarra de sangría y la picada
nos trajeron enseguida porque habían pocas mesas ocupadas al llegar. Luego, a
medida que se iba llenando el lugar, los pobres mozos empezaron a marearse y
nuestra comida parecía haberse quedado como rehén en la cocina.
Pasa que, como
ustedes recordarán, este restaurant
antes era John Lemon, un lugar coqueto, pero pequeño. Tres Caracolas habrá
heredado una cocina chica y no daban abasto.
Para cuando
llegó nuestra pizza y nuestros burritos ya nos
había pasado el hambre y reinaba el pireva’i. Es más, ¡la pobre Ash tuvo que retirarse antes porque tenia que ir a buscar
a su novio de la terminal!
Igual, debo
decir que la pizza estaba muy rica. La masa era fina y crocante como debe ser (¡¡NO A LA MASA GRUESA YANKEE!!). Los “Burros Champurreados” estaban
también ricos, pero como tardaron en traernos los cubiertos (procuraba angá nuestro mozo, ¡pero ni ahí
podía con todas las mesas!) ya estaban fríos para cuando pudimos empezar a
comer. Una lástima, porque la
combinación de ingredientes tenía mucho potencial: pollo, lomito, queso
mozzarella, locote, cebolla, ajo, orégano y aceite de oliva.
Mi humilde
recomendación para Tres Caracolas es que hasta que agranden la cocina, limiten
la cantidad de mesas disponibles. Es hasta mejor pecar de exclusivos que dar un
mal servicio a clientes que te están probando por primera vez. La pesadilla es simpática
como nombre de un plato, ¡no como
experiencia! ¡No dejen que el
tiempo de espera se convierta en una pesadilla!