Anoche, mi
amiga Ash convocó una salida entre las
chicas para conocer “Tres Caracolas”.
La noche
pintaba bien: el clima estaba espectacular (¡este Veranillo de San Juan extendido tiene sus beneficios!), y
tomamos una mesa en la terraza’i de Vía dell Angello (a pedido de uno de mis
seguidores, aprovecho para incluir la dirección: Boggiani esquina Ceferino
Vega…graciassss cierro paréntesis).
Apenas
llegamos, nos pusimos a investigar la carta. Como el lugar es nuevo, las cartas
todavía vienen impresas en papel de mala calidad, y algunos de los precios no
se encuentran incluidos. De todos modos, compensan los nombres y descripciones,
¡muy simpáticos! Un ejemplo: “El Rap del
Burro: Originario de tierras del tequila y los guitarrones de mariachis
adoloridos del amor, llega una fusión entre cocina mexicana y tamaños
norteamericanos…”

Le preguntamos
a nuestro mozo cuál era la diferencia
entre la sangría normal (otra opción de la carta de tragos) y la Sangría 3
Caracolas, y nos respondió que iba a consultar, pero que creía que tenía
menta’i. ¡Ahí nos convenció! Claro
que no es una tarea muy difícil, dado que JM, Ash, y Fita son otras almas glotonas
y aventureras :)
Para empezar,
pedimos unas quesadillas llamadas “Pesadilla del Nonno”. Es una de los varios
tipos de “pesadillas” que ofrece Tres Caracolas. Todas están entre 35.000Gs y
40.000Gs. Nuestras “pesadillas” eran de pollo, tomate, albahaca y queso
mozzarella, con un toque de pesto y gratinadas con queso parmesano. ¡Nos
trajeron las quesadillas al toque y estaban riquísimas!
El pesto y parmesano definitivamente le daban el touch que hacían la diferencia.
Permítanme
hacer un paréntesis (¡otro!) para
hablar sobre el tiempo de espera.
La primera jarra de sangría y la picada
nos trajeron enseguida porque habían pocas mesas ocupadas al llegar. Luego, a
medida que se iba llenando el lugar, los pobres mozos empezaron a marearse y
nuestra comida parecía haberse quedado como rehén en la cocina.
Pasa que, como
ustedes recordarán, este restaurant
antes era John Lemon, un lugar coqueto, pero pequeño. Tres Caracolas habrá
heredado una cocina chica y no daban abasto.
Mi humilde
recomendación para Tres Caracolas es que hasta que agranden la cocina, limiten
la cantidad de mesas disponibles. Es hasta mejor pecar de exclusivos que dar un
mal servicio a clientes que te están probando por primera vez. La pesadilla es simpática
como nombre de un plato, ¡no como
experiencia! ¡No dejen que el
tiempo de espera se convierta en una pesadilla!
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