Ito y yo
andábamos con antojo a asado.
Desde que
vimos que abrió “El Ojo del Amo” habíamos quedado en probarlo, pero siempre
terminábamos en otro lugar… Encima, desde que le presenté a Ito a “Un Toro y Siete Vacas”, el tipo se convirtió en su fan
#1 (no le culpo, y en el futuro tendremos que repetirlo así podré dedicarle una entrada) y estaba un poco reacio a probar otra
parrilla.
En fin,
llegamos a “El Ojo del Amo”, que queda en la parte de atrás del Paseo
Carmelitas, sobre Tte. Vera, y habían solamente dos mesas ocupadas. Creíamos
que no era un buen augurio, pero podía haber sido por el frío (admitamos que a
los paraguayos nos gusta hibernar apenas baja la temperatura). Es más, luego
dimos una vuelta por el Paseo y todos los lugares estaban medio vacíos…
Volviendo a
“El Ojo del Amo”, el lugar es como un rodizio chuchi. Nada que ver con
Acuarela. Me recuerda a un rodizio en Puerto Madero, Buenos Aires, que lleva el
“original” nombre de “Rodizio”. El ambiente del lugar es muy fino. Hay una cava
de vinos al fondo y una extensa barra de tragos. Al lado de las mesas hay un
salad bar con ensaladas varias, y una fila de richauds con pastas, stroganoff,
pollo al curry, arroz frito, chop suey y feijoada.
Ya al
sentarnos nos trajeron chorizo, corazoncitos de pollo, mandioca, sopa paraguaya
y chipa guazú para picar. No estaba tan buena la picada. La mandioca estaba
dura, y la chipa y sopa medio frías, pero bue, nadie se queja cuando viene de
arriba.
Para acompañar
a la carne, Ito y yo pedimos un Malbec, por supuesto. Estaban los sospechosos
de siempre en la lista: Los Árboles, Finca La Linda, Navarro Correa, etc. etc.
etc. Algunos más baratos y otros más caros. Optamos por un Santa Julia que
siempre le va como un poema a la carne. La botella estaba a 80.000Gs.
Tardaron un
rato en traer la carne, pero luego empezaron a venir con tutti. Es más, el
“semáforo” estaba de decoración nomás, porque cuando lo poníamos en rojo,
seguían viniendo con sus estacas.
La carne
estaba más o menos… Y aunque sé que la
especialidad de los rodizios es la picaña, de cada 5 cortes que traían, 4 eran
picaña… Yo sé que yo soy muy exigente con la carne (viene en la sangre, familia
de ganaderos), pero si tenés una parrilla, tu producto estrella es y debe ser
la carne…
Las ensaladas,
por otro lado, estaban deliciosas. Probé un poco de feijoada también y estaba
muy buena. Había una mesa de postres, no muy surtidos y tampoco eran de
morirse. Había flan, budín de pan, pavé, isla flotante y dulces.
El precio estuvo
bien. Restando las bebidas, podés comer todo
lo que hay por 70.000Gs por persona. La sensación con la que nos quedamos Ito y
yo es que “El Ojo del Amo” es el lugar ideal para ir un domingo a almorzar, y
es más bien un lugar para ir en familia. Para aquellas almas glotonas que son
padres, tienen un playroom para las almitas glotonas en un costado, que siempre
es útil.
Sinceramente,
no sé si volvería a ir al “Ojo del Amo”. Cuando ya habíamos pedido la
cuenta, Ito me preguntó cuánto le daba al lugar en una escala del 1 al 10. Yo
le contesté que le daba un 7, en gran parte debido al
servicio, que es espectacular. Son rápidos y en todo momento estaban
pendientes. Pero no sé si una
estancia puede mantenerse solamente con buenos peones. Es muy importante, sí, pero creo que es necesario el “Ojo del Amo” para mejorar la
carne…
Hello! Salimos de ese lugar con el mismo sentimiento.
ResponderEliminarNosotros fuimos un lunes de noche y la verdad que nos sentimos un poco solos en ese salon grande.
No se si es porque fue un lunes pero las opciones del buffet dejaban por desear y las ensaladas también.
Debo decir muy buena atención excepto cuando nos emboscaron para sacarnos una foto para aparecer en FB!!! nooooo luego!
La carne maso y siempre nos traían el mismo pique como si fuera que esta alma no se iba a dar cuenta! jajaja
En fin me encanta leer tus aventuras! Esperamos por mas!!
Hoy voy para ese lugar... espero que en UN año todo eso que comentan alla mejorado!
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