macarrons

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viernes, 31 de agosto de 2012

La Taberna de la Malquerida: La Paella Perfecta

Pan fresco con salsa de tomate y chipirones

Luego de ser vilmente atacadas por fotos de ostentosas paellas de La Taberna de la Malquerida por Facebook, ayer decidimos ir a conocerlas en persona con un grupo de ex compañeras de trabajo para darles su merecido. La Taberna de la Malquerida queda en Choferes del Chaco 763 casi Pacheco. El lugar parece una verdadera taberna importada sin escalas de Valencia, y el propio dueño anda dando vueltas de mesa en mesa, recomendando platos y cerciorándose de que sus clientes estén contentos (¡qué diferencia hace esto!). 

Tortilla española
Nos recibieron con pan fresco y una salsa de tomate con chipirones y ajo. Pedimos una sangría y tres tortillas españolas para compartir (45.000Gs. cada una). La sangría tenía un saborcito casi oriental, porque tenía canela como uno de sus ingredientes. La primera tortilla que nos trajeron estaba un poco seconga, pero las otras dos ya estaban mejores. El dueño nos recomendó el picante de la casa, entonces le coloqué unas cuantas cucharadas del picante casero a la tortilla (me gusta el picante, jeje). A mí me encantó, pero mi amiga Lis, que estaba sentada al lado mío, voló hasta el techo luego de probarlo.

Paella "Al Baturro"
El dueño también nos había recomendado qué paella pedir. Nuestra paella era “Al Baturro”, e incluía langostinos, pulpitos, mejillones, almejitas, calamares y pollo (la de dos porciones está a 80.000Gs.). Además de la paella “Al Baturro”, la Taberna de la Malquerida ofrece 4 tipos distintos de paella: “A la Valenciana”, “A la Malquerida”, “Super Paella” y “Paella Suprema con Cangrejos”. Yo estoy acostumbrada a esperar siglos enteros a que se cocine una paella, pero la nuestra no tardó tanto en llegar. Al probarla me di cuenta de que esta sí era una genuina paella al estilo valenciano. ¡No era ni un poco seca y era bien generosa con los “bichos”! Detesto esas paellas que son tan secas que son la verdadera envidia de los antiguos egipcios, porque te momifican al probar el primer bocado. ¿O qué me dicen de esas paellas que vienen repletas de pollo, con un mísero langostinito que te mira de manera tan patética desde el medio de la fuente, que te da hasta lástima comerlo?

Estaba tan contenta de haber encontrado la paella perfecta que me serví dos veces. Después tuve que rodar al auto. Eso si, La Taberna de la Malquerida tiene muy poco lugar para estacionar, o sea que ojo con eso.

lunes, 27 de agosto de 2012

Rolandi: porque a veces es bueno volver a los clásicos


Fritto Misto

El domingo, mamá nos invitó a mi hermano, Tachu, y a mí a almorzar al Rolandi (Avda. Mcal. López y Mayor Infante Rivarola). Hacía literalmente años que había ido al Rolandi por última vez. Pasa que a mi alma glotona no le gusta mucho repetir los lugares, y siempre opto por probar nuevos.

Surubi con esparragos
Había mucho antojo a comida de mar, porque ya de entrada pedimos un Fritto Misto para compartir (70.000Gs.), que trae toda clase de mariscos apanados, queso y zucchini fritos, acompañados de salsa tártara y marinara. El plato viene bien surtido y colmado.

Desde el momento en que nos sentamos, los mozos nos trajeron pan pita, fresco y calentito del tatakuá, para comer con aceto balsámico y aceite de oliva. Lo reemplazaban permanentemente, incluso si veían que había un plato de pan intacto en la mesa, como para que siempre tengamos pan recién salido del horno.

Fettucini Verushka
Para comer, mamá se hizo la light y pidió surubí grillé con espárragos asados (¡¡que de todos modos tenia una piiintaaaa!!). Tatos pidió Fettucini Verushka (que viene con salsa de vodka, salmón y caviar. Carelli el precio: 105.000Gs.). Yo pedí el Fettucini Nere, que son los fettuccini hechos en tinta de calamar, que vienen con salmón, aceitunas, tomate y ajo (70.000Gs., y les dije que había antojo marino). Tachu no sabía qué pedir, y me pidió que yo elija por él. Entonces terminó con unos gnocchis con ragú de cordero (42.000Gs.)

Fettucini Nere
Los platos salieron rankeados en sabor de acuerdo a su precio (bueno, en realidad nadie probó el plato de mamá. Fue discriminado por ser demasiado sano para un domingo. Por consiguiente, me concentré en la pasta). El plato #1 fue el de Tatos: el más rico, LEJOS. El mío estaba muy bueno, con el fettuccini al dente, y la salsa bien “ajosa”, pero la salsa del Verushka le ganaba, al ser más cremosa y sustanciosa. Creo que si no hubiera probado el fettuccini de Tatos, me hubiese quedado con el mío como número uno. No probé los gnocchis de Tachu, pero me dijo que no estaban nada del otro mundo. 
Gnocchi con Ragu

Ya no había lugar para postre, pero Tatos pidió una crema de papaya con licor de Cassis. Le robé una cucharadita, porque me encanta la frescura de este postre y el toque dulce que le da el Cassis (¡es ideal para el verano!).

Crema de papaya con licor de Cassis
A pesar de los gnocchis de Tachu, pude observar que el Rolandi mantiene su excelencia de siempre. El servicio es impecable, la comida es deliciosa y el ambiente es elegante. Conclusión: es bueno volver a los clásicos de vez en cuando… 

Ceci Gross Pastelería: Ambiente acogedor…y ya



Ayer habíamos quedado en merendar con Bifa en el Café de Acá a las 5 de la tarde. Habíamos olvidado que nuestra "cita" caía pleno rush hour para los cafés, particularmente un sábado a la tarde, y obviamente no encontramos lugar. Además, como hacia frío, sentarse afuera no era una opción.  Entonces decidimos ir a Ceci Gross Pastelería, que queda a la vuelta (Dr. Morra entre Lilio y Tte. Vera). Yo ya lo había visitado una vez, para una reunión de trabajo, pero solo había tomado un café.

Capuccino y croissantwich
El lugar está decorado estilo shabby chic, con mucha atención al detalle.  Es sumamente acogedor y se nota el toque femenino. Toda la pastelería exhibida tenía una super pinta.

Pedimos un capuccino cada una (13.000Gs.), y para comer, Bifa pidió un croissantwich de jamón y queso (8.000Gs.). Yo pedí una tarta de cebolla (17.000Gs.). Cuando llegó nuestro pedido, mi plato se veía mucho más generoso que el mini croissant de Bifa. Inclusive vino con una ensalada de lechuga y tomatitos cherry. La tarta estaba rica, pero al cortar, sentí algo raro… era un pedazo enorme de isopor que habrá servido de platito de mi tarta antes de servírmela, ¡¿pero qué hacia ahí?! 

Tarta de cebolla
El capuccino estaba rico, e inclusive la moza ofreció recalentármelo cuando vio que lo había dejado de lado hasta terminar mi tarta (la atención al menos fue buena, nos tocó una moza muy amorosa).

Luego de charlar por horas, permitiendo que se “asiente” lo salado antes de pasar a lo dulce, decidimos probar la pastelería. Pedimos un pedazo de cheesecake de Oreo y un pedazo de la merengada de frutilla para compartir (no tengo los precios exactos, pero según mis cálculos, las porciones de torta rondarán por los 13.000Gs.). Elegimos el cheesecake ya que habíamos escuchado que era la obra maestra de Ceci Gross, y elegimos la merengada porque habíamos visto que la habían traído recién de la cocina. La merengada estaba muy rica. Tenía una suave y deliciosa combinación de merengue, frutilla, dulce de leche y crema. El cheesecake no estaba bueno… No estaba malo per se, pero había algo que lo hacía medio “bla”. Le dimos unas cuantas oportunidades al cheesecake, intentando pillar qué era lo que lo hacía aburrido, pero no logramos identificarlo… ¿Quizás hubiéramos optado por el cheesecake original en lugar del de Oreo?
Merengada y Cheesecake de Oreo

En fin, para ser honestos, salí un cachín desilusionada de la pastelería de Ceci Gross… Tenía altas expectativas, y no fueron cumplidas. Tal vez me tocó un mal día. Tendremos que ver…pero al menos por ahora, parece ser que es pura pinta. 

martes, 21 de agosto de 2012

Morado: Una rica y sana opción para la consciencia despiadada


Ayer me colé descaradamente a un almuerzo entre dos tías mías: Tía Trish y Tía Chuchi. Escuché cuando Tia Trish estaba hablando con Tía Chuchi por teléfono, coordinando la hora, cuando le anuncié que yo también quería ir. No solo quería ir a chismosear con las tías, sino que también había oído cuál era el destino: Morado (Dr. Morra esq. Andrade).  Morado me encanta porque es uno de esos pocos lugares a los cuales me puedo ir sin que luego me ataque despiadadamente la consciencia:

 “Alma Glotoooona, por qué comiste 4 kilos de pastaaaaa??.... ya sabés donde va a terminar todo esoooo…” (No sé ustedes, pero mi consciencia tiene voz de monja vieja y solterona, súper crítica. Igual nunca le hago caso cuando de comida se trata, pobrecita…)

Los que ya conocen Morado, saben que ofrece una verdadera cornucopia de ensaladas y platos Light. Además, es mi opinión que es uno de los mejores lugares de Asunción para ir a almorzar. Si el clima te permite, te podés sentar afuera, como lo hicimos nosotras.

Limonada con menta
Llegué un poquito tarde, y ya las tías estaban a full con la conversa y los palitos de remolacha, espinaca y zanahoria con mayonesa saborizada que ofrece Morado a sus comensales al llegar.

Para tomar, pedí una limonada con menta (¡hmmmmmm! ¡Touch mentoso!) de 15.000Gs. Tía Trish pidió una limonada normal (12.000Gs.), y Tía Chuchi pidió una copita de vino blanco.

Ensalada Oriental
Para comer, pedí la ensalada Oriental (46.000Gs.) que llevaba lomo en juliana, hojas verdes, brotes de soja, brotes de alfalfa, zanahoria, morrones de colores. Esta ensalada viene con un dressing de reducción de jengibre, sésamo y ajo. 

Tía Chuchi pidió la ensalada Caprese (38.000Gs.) que trae tomate en rodajas, mozzarella fresca, albahaca fresca y aceitunas negras. Ella pidió que le agreguen hojas de menta.

Tía Trish prefirió no pedir una ensalada, y optó por la tilapia grillada que viene con una salsa de hierbas, acompañada de arroz amarillo a base de curry y cúrcuma, con uva pasas y almendras (68.000Gs.).

Ensalada Caprese
Mi plato me decepcionó. La carne estaba dura, y al dressing apenas le sentí. Parecía un wok que pudo haber hecho cualquiera en su casa y solo con salsa de soja (ingrediente que no aparecía en la descripción del plato en la carta). Yo hubiese agregado más de los ingredientes prometidos: jengibre y sésamo. El tema también es que al ser una ensalada “tibia”, es muy difícil complacer al comensal. Como las hojas verdes vienen frías y la carne y verduras del wok calientes, se enfría de más la carne, y se calienta la lechuga.

En seguida perdí interés en mi plato y con ojos y tenedor amenazadores, comencé a atacar los platos ajenos.  La caprese de Tía Chuchi estaba muy rica. Lo único que corregiría es que cortaría los tomates en rodajas más finas. Debo también decir que el mozo ofreció a Tía Chuchi traerle aceite de oliva y aceto para condimentar su ensalada y nunca le trajo.

La que dio al blanco fue Tía Trish. Su plato estaba DELICIOSO. La tilapia en la salsa de hierbas estaba suavecita, ¡¡¡y el arroz con estilo hindú espectacular!!!  Por supuesto que la que terminó el plato de la pobre Tía Trish fui yo, y mi ensalada Oriental quedó en el olvido…

El plato ganador: Tilapia con arroz al curry
O sea que cuando vayan a Morado, eviten las ensaladas tibias (sobre todo la Oriental) y opten por las frescas o los platos calientes. Total, todo es light. ¡Coman sin culpa! (¡Fuera monja bruja, fuera!)

lunes, 13 de agosto de 2012

Romanaccio: ¡la vera pizza italiana!


El sábado, cansada de estar encerrada por mis alergias anuales de agosto, decidí organizar una salida con unos amigos que se van a ir de Paraguay dentro de poco: Ash y Kir.  Si han seguido mi blog, ya han oído hablar de Ash varias veces, ya que suele acompañarme en mi salidas glotonas (y Kir nos acompañó en el último Guarará). La verdad me pone un poco tristonga el hecho de que Ash se va, ¡pero le prometo dedicar varias de mis futuras salidas!

En fin, habíamos quedado en ir a Romanaccio, que queda en el Paseo Vía Bella (España y Prof. Feliciángeli), ya que mucha gente me lo había recomendado. El lugar parece una de esas típicas trattorias del sur de Italia: el ambiente es muy familiar, con mucha madera y colores cálidos.

Pizza (mitad Capricciosa, mitad morrones con palmito)
Ito y yo llegamos más temprano, entonces pedimos una focaccia de romero (12.000Gs.) para picar mientras tanto (¡me fascina el romero! Le da un perfume muy particular a la comida.). Siempre que voy a una pizzería nueva, pido una focaccia para dar una primera evaluación al lugar. Es casi matemático: si la focaccia es buena, la pizza es buena. Esta focaccia no estaba buena, ¡estaba buenísima! Para mí, uno de los factores CLAVE para que la pizza sea buena es la masa. Tiene que ser fina (DETESTO la pizza gringa de masa gruesa y grasosa) y tiene que ser crujiente pero con un centro levemente blandito. Romanaccio ofrece 12 tipos de focaccia: con pesto, con cebolla morada, con jamón crudo, con aceitunas, etc. O sea que tienen varias opciones para elegir. 

Cuando llegaron Kir y Ash, pedimos una pizza grande, mitad “Capricciosa”, mitad de “Morrones con Palmito” (¡¡¡la carta de Romanaccio tiene como 5 páginas de sabores de pizza!!!). Ash pidió una pizzeta “Margarita”, ya que no se sentía del todo bien (y para que vean como es una verdadera Alma Glotona: ¡igual salio!). Antes de que lleguen las pizzas, estábamos hablando todos, interrumpiéndonos mutuamente.  Apenas nos trajeron las pizzas: sileeeeeencio. ¡Todos estábamos muuuy concentrados en las pizzas! ¡Es que estaban demasiado ricas! Mi única critica es que para ser pizzas “grandes”, no son tan grandes, y los precios van desde los 52.000Gs. por la pizza grande más simple hasta los 83.000Gs. por las más caras. Eso sí, se nota que usan ingredientes de primera, porque la muzzarella estaba exquisita y los vegetales también.
Carta de pizzas

Como no nos llenamos, pedimos una pizza más, esta vez mitad de “Catupiry con Pollo”, mitad de “Tomates secos con muzzarella y albahaca”. La pobre no duró ni diez minutos en la mesa… La de tomates secos estaba espectacular (esa combinación es idónea), y en cuanto a la catupiry, a mí me suele caer medio pesado este queso, pero esta no (en esto siempre se nota los ingredientes de buena calidad). Les ruego me disculpen, pero por lo visto estaba tan “concentrada”, ¡que solo atiné a sacar una foto de la primera pizza! Como consuelo, les incluyo una foto del menú, jeje.

Romanaccio fue un verdadero todo: un verdadero hallazgo, una verdadera delicia, ¡e una vera pizza italiana!

martes, 7 de agosto de 2012

¡Un Guarará en el Circo!

Vista de El Guarara en el Circo Rodas

El circo suele ser un lugar de mucho ruido y alboroto. Entre los animales (pobrecitos L ), los payasos y el público que aplaude y grita, se arma sin falta un guarará… Anoche, fue exactamente eso lo que se armó en el Circo Rodas, pero no cualquier guarará, sino EL Guarará. Así es, El Guarará escogió el Circo Rodas como local para el mes de agosto. Y por supuesto, ¡Alma Glotona no podía faltar! Esta vez, fui con Ash, Kir y Kam (aunque ahí nos encontramos con mucha más gente, ¡este evento está cada día más grande!).

Ya descubrimos la clave: hay que llegar temprano. El evento se organiza el primer lunes de cada mes, y empieza siempre a las 19:00hs. Si uno llega para esa hora, puede ir probando las muestras a medida que van abriendo las mesas, evitando las filas y el tsunami de gente que llega más tarde (aunque debo decir que esta vez estuvo mucho mejor organizado y casi no había filas).

Para empezar, el ambiente estaba increíble porque, al ser bajo el toldo del circo, le agregaba ese colorido y misticismo que tiene el mundo del espectáculo. Pero yendo a lo que nos incumbe (jeje), dejenme contarles sobre mi recorrido por El Guarará de agosto…

Ash, Kir, Kam y yo empezamos con el pororó gourmet de André Magón, que básicamente era pororó con especias (creo que identifiqué páprika, cardamomo y curry? ).  Luego fui a probar el caldo de surubí de Ninino Volpe. Estaba muy bueno, pero luego probé otras cosas que estaban más “wow”. Por ejemplo, al encontrarme de vuelta con el grupo, pasamos por la mesa de Mariana Mersán (de “Para Cuando la Vida”) y probamos la molleja crocante con puré de verdeo sobre pan de mostaza: ¡sabrosísimo! Además, el pan de mostaza era bien esponjoso, y la molleja crocante le dejaba un contraste perfecto.

De ahí pasamos por la mesa de Vanessa Zarate y Julian Endara y probamos “La Magia del Cebiche” (yo prefiero escribir “ceviche”, pero las 2 formas se usan). ¡Estaba espectacular! Con abundante limón (y creo que un toque de jengibre) y plátano crocante. Y ahí paramos…

¡¡¡¡JAJAAAAA!!!! Como ya saben que no soy ninguna amateur, habrán supuesto que era mentira. ¡Recién vamos por la mitad!

Las pizzetas de torta frita
El recorrido continuó con una pasada por la mesa de Paolo Pederzani, que tenía unas pizzetas de muzzarella con torta frita como masa, una interesante combinación. Habían varias opciones de pizzas en este Guarará. Probé también la pizza de Pizza n’ Love, que eran también pizzas de muzzarella, pero que variaban en la masa. Tenían pizzas de masa de ajo, albahaca o de morrones, que uno podía identificar de acuerdo al color de la masa: amarillo, verde y rojo, respectivamente.  Yo escogí la de morrones, y no me gustó tanto, pero quizás porque ya estaba fría. Pero luego pasé por la mesa de “El Poto Saavedra” y probé sus sloppy joes vegetarianos, ¡que estaban riquísimos!

Fue en este momento en que mi panza ya empezó a hacer unas piruetas que serían la envidia de cualquier acróbata de circo, y entonces agarré mi último “salado” para probar (y compartir): el chupé de camarones de la Flor de la Canela.  Fue la perfecta “pièce de resistance” de mi visita al circo. Lástima ya no tenía mucho lugar en mi estómago (el pobre está hecho de spandex).

Es más, apenas pude probar 2 opciones dulces: los brownies y cookies de Fabi Abreu. ¡¡DELICIOSOSAMENTE CHOCOLATOSOSSSSS!!

En fin, El Guarará de agosto cumplió su propósito: ¡estuvo un verdadero espectáculo!