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lunes, 27 de agosto de 2012

Rolandi: porque a veces es bueno volver a los clásicos


Fritto Misto

El domingo, mamá nos invitó a mi hermano, Tachu, y a mí a almorzar al Rolandi (Avda. Mcal. López y Mayor Infante Rivarola). Hacía literalmente años que había ido al Rolandi por última vez. Pasa que a mi alma glotona no le gusta mucho repetir los lugares, y siempre opto por probar nuevos.

Surubi con esparragos
Había mucho antojo a comida de mar, porque ya de entrada pedimos un Fritto Misto para compartir (70.000Gs.), que trae toda clase de mariscos apanados, queso y zucchini fritos, acompañados de salsa tártara y marinara. El plato viene bien surtido y colmado.

Desde el momento en que nos sentamos, los mozos nos trajeron pan pita, fresco y calentito del tatakuá, para comer con aceto balsámico y aceite de oliva. Lo reemplazaban permanentemente, incluso si veían que había un plato de pan intacto en la mesa, como para que siempre tengamos pan recién salido del horno.

Fettucini Verushka
Para comer, mamá se hizo la light y pidió surubí grillé con espárragos asados (¡¡que de todos modos tenia una piiintaaaa!!). Tatos pidió Fettucini Verushka (que viene con salsa de vodka, salmón y caviar. Carelli el precio: 105.000Gs.). Yo pedí el Fettucini Nere, que son los fettuccini hechos en tinta de calamar, que vienen con salmón, aceitunas, tomate y ajo (70.000Gs., y les dije que había antojo marino). Tachu no sabía qué pedir, y me pidió que yo elija por él. Entonces terminó con unos gnocchis con ragú de cordero (42.000Gs.)

Fettucini Nere
Los platos salieron rankeados en sabor de acuerdo a su precio (bueno, en realidad nadie probó el plato de mamá. Fue discriminado por ser demasiado sano para un domingo. Por consiguiente, me concentré en la pasta). El plato #1 fue el de Tatos: el más rico, LEJOS. El mío estaba muy bueno, con el fettuccini al dente, y la salsa bien “ajosa”, pero la salsa del Verushka le ganaba, al ser más cremosa y sustanciosa. Creo que si no hubiera probado el fettuccini de Tatos, me hubiese quedado con el mío como número uno. No probé los gnocchis de Tachu, pero me dijo que no estaban nada del otro mundo. 
Gnocchi con Ragu

Ya no había lugar para postre, pero Tatos pidió una crema de papaya con licor de Cassis. Le robé una cucharadita, porque me encanta la frescura de este postre y el toque dulce que le da el Cassis (¡es ideal para el verano!).

Crema de papaya con licor de Cassis
A pesar de los gnocchis de Tachu, pude observar que el Rolandi mantiene su excelencia de siempre. El servicio es impecable, la comida es deliciosa y el ambiente es elegante. Conclusión: es bueno volver a los clásicos de vez en cuando… 

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